Si la teoría no explica la realidad, que se joda la realidad. Podemos ser todo, en teoría. Todo lo que quisiéramos ser, en realidad. Pero la muy idiota (en el sentido más estricto de idiota que se pueda) se empeña en escupirnos en la nuca y patearnos el asado. Nuestra mayor dificultad es dejar de teorizar la realidad porque nos da terror realizar nuestra teoría. O, tal vez, que la realidad misma oficie de teoría! Muy ingenuo, la realidad es inabarcable y no interesa sinceramente. El juego está puertas adentro, antes de salir al mundo, donde proyectamos la película en el techo del cuarto. Ahi justo sobre la almohada. En nuestra cabeza sobre la almohada. Y así, resumiendo esta nueva categorización (si las categorías no se corresponden con la realidad, que se joda la realidad), quedamos, por un lado, los que vivimos en la realidad que está sobre nuestra almohada y los que buscan eternamente un lugar donde apoyarse.
sábado, 20 de octubre de 2007
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3 comentarios:
¿Qué es la realidad? ¿Existe como tal?
Es realmente impactante, tener cierta conciencia sobre el verdadero poder de la mente. Aceptar que todo, absolutamente, está dominado por el cerebro, y que aún así, existe un horizonte desconocido, algo totalmente inabarcable, una especie de límite natural.
Creo que esta condición es la que hace que se desprendan dos posibles interpretaciones:
La primera tiene que ver con la inclinación hacia la segunda propuesta de la categorización, debido a la condición de seres sociales dependientes del contexto y sedientos de fundamentos que nos arrojen certezas que alivien las angustias existenciales. Contemplar la primera opción, hablaría de un ser individualista que no se permite el plácido acto de dudar (conductor del desarrollo del pensamiento).
La segunda, si es que existe como tal, tiene que ver con “conformarse” o con aceptar lo que es, sin cuestionar al respecto; una elección hacia el “no cuestionamiento constante” de las cosas en procura del vivir, sin persecuciones y evitando caer en los oscuros sitios de nuestra mente, en donde no se puede profundizar más, en donde los límites se desdibujan ante la imposibilidad de avanzar en el conocimiento, en la comprensión o en la explicación de lo desconocido. Contemplar la segunda cuestión, en este caso, se ajustaría a la idea de encontrar algo concreto como resultado a la incesante búsqueda de explicaciones. Algo que permita renunciar (en cierta medida) a esas ansías de conocer, con el fin de poder continuar la existencia sin traspasar la línea que separa la cordura de la locura.
En fin, ambas interpretaciones están sumamente vinculadas entre sí…
Ojalá se haya entendido algo!
Fa, qué bueno es haber empezado a pasar por estos lugares nuevamente. Y... perdón por el comentario boludo, pero este texto tiene fecha de mi cumpleaños!
*B
yo creo que en la primera postura se sufre mucho más... porque... imaginate al tipo que se queda tirado en su cama teorizando. Teoriza porque es cobarde, porque no quiere ir afuera a ver que es lo que pasa y se queda PENSANDO en qué es lo que "en realidad" pasa. Pero no pasa nada... está ahi, maquinandose... y lo hace porque no sabe como bajar su ansiedad. Ansía que pase algo, pero como no pasa nada, arma toda una teoría con la cual predecir cualquier cosa y distorcionar su inercia.
En cambio, de la segunda manera... qué importa qué es lo que pasa, voy para acá, voy para alla, digo una cosa, digo la otra... no tiene importancia. No hay un momento de apoyar la cabeza en la almohada y hacerse preguntas.
De las dos maneras se es un gil.
Yo soy gila cobarde
y sí, lo escribí cuando llegué de tu cumpleaños.
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