Contengo la respiración. Veo un ojo en tu perfil de proporciones griegas mirando al infinito. Sos una escultura de frío mármol blanco. Inmóvil, los hombros de frente, un brazo relajado a un costado, una mano sobre el pecho, un pie ligeramente adelantado. Suspiro y delato mi existencia. Tu ojo me encuentra, luego el resto. Respiro de tu aire que huele a locura y le correspondo con media sonrisa. Como en un rayo, veo el brillo de la luna en tus muelas y me llega con retraso el poder de tu garganta. Tu risa no me pertenece, sólo me señala.
16 de abril de 2007, 11:19 pm
Sigo robando con cosas viejas
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