Un día (disculpen mi falta de noción temporal, fue hace poco... ¿un mes?) dije: "che, má... soy adicta a la coca-cola". Fue terrible. "¿Por qué me permito beber un líquido de un marrón oscuro dudoso con burbujas amarillas que me quita el hambre y me hincha la panza?". Entonces la dejé. No me va andar dependiendo de algo. Dicen que cuando uno es adicto, nunca deja de serlo. Por eso se escuchan frases como "hace cuatro años que no bebo", "hace tres días que no fumo un cigarrillo". Lo que sigue no fue sometido a demasiados procesos de edición. Alguien subió una foto suya en la que está fumando a su fotolog y le postié (¿o "posteé"? ¿cómo se conjuga un verbo de otro idioma en el idioma de uno?) lo que se lee a continuación. Claramente, fue poco amistoso de mi parte. No me importa. Soy amiga de mis amigos, no de sus vicios.
Yo y ese, mi cigarrillo,
ese que absorbe toda mi personalidad
ese que calma mis ansias
cuando lo llevo a mi boca
ese que provoca más placer
si alguien me ve con él
esa droga legal,
esa dosis de muerte,
ese que representa nuestra adicción
a la autodestrucción,
ese cuyo aroma
desagrada al propio fumador
ese que fumamos por la misma razón
por la que tropezamos con la misma piedra,
ese que nos domina,
ese que resulta indispensable,
ese que logra ser más que yo
4 comentarios:
Debo decir que, si bien poco estoy de acuerdo con la parte ideológica, tanto como fumador como adicto a la coca-cola... me gusta cómo escribís....
un poco delirante y violento
Saludos!
E.
Tuviste deliriums de abstinencia??
qué bien por ese poco en que estamos de acuerdo. Pensé en escribir algo para aquella gente que pudiera sentirse contrariada, pero me pareció de más.
gracias, trataré de mantener la violencia.
=)
maga:
jajajaja!
no... los primeros días me sentí dueña de un poder sobrenatural sobre mi voluntad, pero ya se me pasó.
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